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¿El dinero que guardo en mi aplicación de pago está a salvo?

Por lo general, el seguro FDIC no se aplica al dinero que se encuentra en su aplicación de pago, a menos que haya contratado servicios adicionales desde la aplicación.

La Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC), que forma parte del Gobierno federal, ofrece un seguro para asegurarse de que no pierda el dinero de su cuenta bancaria en el improbable caso de que el banco quiebre. La Administración Nacional de Cooperativas de Crédito (NCUA, por sus siglas en inglés) ofrece un seguro similar a los titulares de cuentas en las cooperativas de crédito. Por lo general, las aplicaciones de pago P2P (de persona a persona) son proporcionadas por empresas que no tienen seguro de la FDIC ni la NCUA.

Las aplicaciones de pago pueden ser formas rápidas y convenientes de enviar y recibir dinero. Generalmente, el dinero se puede mover sin problemas dentro y fuera de la aplicación, a un banco, a una cooperativa de crédito o a la cuenta de una tarjeta. Algunas personas conservan dinero como saldo en la aplicación.

Una forma sencilla de asegurarse de que su dinero esté asegurado es moverlo de inmediato desde la aplicación de pago a un banco, cooperativa de crédito o cuenta de la tarjeta que esté asegurado. Use la aplicación para recibir y enviar dinero, y luego transfiera rápidamente el dinero que reciba desde la aplicación a su cuenta.

En lo que respecta al seguro de la FDIC o la NCUA para el dinero que se conserva en la aplicación, existen diferencias según la aplicación de pago. Algunas le exigen que elija productos o servicios adicionales para tener un seguro de la FDIC o la NCUA para el saldo que mantiene en la cuenta. Revise la información de su aplicación. Es posible que deba suscribirse al depósito directo, registrar la cuenta, usar la tarjeta propia de la aplicación o cumplir con otra exigencia.

A menos que su dinero esté protegido por el seguro de la FDIC o la NCUA, si la compañía que ofrece la aplicación quiebra, es posible que no tenga derecho a recuperar su dinero, o al menos no de la misma manera garantizada que puede recuperar su dinero después de la quiebra de un banco o cooperativa de crédito.